miércoles, 30 de mayo de 2012




. Los modelos que definieron el vínculo entre sociedad y educación.
Juan Carlos Tedesco ha distinguido en una reciente publicación tres modelos de  distintos momentos históricos y las variables que fueron su rasgo distintivo, que demuestran las articulaciones entre educación y sociedad en América Latina. El primero de se corresponde con el período en que se constituyeron los Estados Nacionales y tiene que ver con el  origen de los sistemas educativos en los países de la región. La variable política es característica de este modelo, con la aspiración a lograr la homogeneización de la población a través de la educación. El segundo, sustentado en la economía como variable clave, se destaca por pensar la articulación referida anteriormente a partir de la educación como formación de recursos humanos para el trabajo. El tercer modelo, propio de la década de los años 90, coloca a la educación frente a las tensiones de la aplicación de la lógica de mercado, con las exigencias de eficacia y eficiencia, en la distribución de un bien público como es el conocimiento. Los próximos títulos, desde una perspectiva similar, utilizando términos  equivalentes  y en el marco de una idéntica concepción, hacen hincapié en dichos modelos.
 Ver:
Tedesco, Juan Carlos; Sociedad y Educación en América Latina. Unidad de planeamiento Estratégico y evaluación, Presidencia de la Nación. Argentina “ Pensamiento Iberoamericano” Madrid, Septiembre de 2010.  :  http://www.pensamientoiberoamericano.org/articulos/7/147/0/educacion-y-sociedad-en-america-latina.html

La instrucción pública de la Nación organizada
La escuela argentina tendrá como función “fabricar” el futuro ciudadano y la educación estatal será la forma de controlar la irrupción de los inmigrantes y los discursos pedagógicos provenientes del naciente bloque popular.

La principal contribución jurídica a la formación del ciudadano será la Ley 1420. Con ella el Estado reivindicará el monopolio de la transmisión  de una cultura  común para todos los ciudadanos sin que en el medio se interpongan poderes como la Iglesia, otras corporaciones,  los regionalismos, las diferentes etnias,  etc.

Dice Juan Carlos Tedesco: “El desarrollo de la educación (…) cumplió, más que una función económica, una función política. Si bien la educación cumple un papel político en toda sociedad y en toda época histórica, en la medida que a través de ella se realiza el proceso de socialización de las nuevas generaciones dentro del marco de referencia de la cultura dominante —el cual, por supuesto, incluye nociones acerca de la legitimidad de la distribución del poder—, en cada período y lugar determinado ese papel político asume formas particulares.”4

La escuela tenía un alto valor estratégico, pero no sólo porque transmitiera los contenidos que reflejaban una concepción común del mundo y de la sociedad. También porque en ella se asimilaban los rituales que conducían a la adhesión a la Nación por sobre cualquier otro grupo de pertenencia social y a la legitimación de las reglas de disciplina social. Algunos de esos rituales eran por ejemplo: izar la bandera todas las mañanas, cantar el himno, formar filas y aceptar “la sagrada palabra del maestro” que no era ni más ni menos que la palabra de la autoridad, de la jerarquía.
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4 Tedesco, Juan Carlos; Educación y Sociedad en la Argentina (1880-1945).


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